A Costa Rica en Business
por Javier Debarnot Cuando cuatro amigos de toda la vida logran ponerse de acuerdo en algo, el mundo pasa a ser un lugar mejor. Pero en ese mundo ideal, el nuestro, cabían todos menos uno: el rasta que nos había estafado y que queríamos cagar bien a trompadas. Y todo ocurrió una noche de Playa Negra, hace una pila de años en la exótica Costa Rica. Cómo llegamos Nico, Gon, Pety y yo a querer linchar a un simpático personaje de la fauna local se podría explicar en cuatro líneas, pero puede ser más divertido si aplicamos unas pocas pero pintorescas pinceladas de contexto. Todo empezó, como tantas otras cosas que al final acaban mal, cuando intentamos conseguir hierba, se supone que de la buena. Al no ser asiduos consumidores, mucho menos éramos buenos compradores de la sagrada hoja. De alguna manera, siempre nos llegaba algo de carambola y aprovechábamos, pero cuando teníamos que ir a conseguirla en rodeo ajeno, quedábamos más expuestos que un pésimo alumno en plena lección o