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Mostrando entradas de octubre, 2013

Black Label on the islands

por Javier Debarnot      El dedo, siempre pulcro y con su uña prolijamente recortada, hacía rato que estaba zambullido en el líquido amarillento que era la perdición de su amo. Y era este último, su dueño, quien le enviaba al dedo la orden desde su poco lúcido cerebro –porque enviar órdenes era casi lo único que sabía hacer- para que girara lento y cadencioso, en sentido circular, empujando sin ganas aquellos trozos de hielo como dos islas en un mar sereno, una y otra vez, y sólo abandonaba ese movimiento mecánico para entregarse a otro, el de llevar el vaso a la boca y regar los labios con aquel whisky de negra etiqueta, casi tan oscura como su alma de cobarde asesino.      Los pensamientos desvariados, confusos y oscuros, iban librando una lucha interna entre ellos para abrirse paso entre esa maraña de neuronas, multitudinario grupo un par de décadas atrás, pero que en ese momento de su vida iba disminuyendo su número y las que quedaban estaban en peligro de extinción

Fuera de lugar

por Javier Debarnot      Me vi al espejo y no era yo, y mi primer reflejo –o el segundo, porque el primero había sido el que me devolvió el cristal con ese rostro ajeno- fue preguntarme si eso sería bueno o malo. ¿Qué problema habría en esa transfiguración? ¿Acaso estaba yo cien por ciento conforme con mi vida, con mi imagen, con algo? Pero no era aquella la cuestión, sería en todo caso un tema para debatir más tarde, y lo que me apremiaba era el hecho de no reconocerme en el tocador a pesar de tirarme agua a la cara tres veces.      Las inéditas facciones que se revolvían en el lugar donde antes estabas mis viejas facciones parecían estar burlándose de mí, exagerando una mueca casi diabólica desde ese yo que no era yo, mientras a mis auténticos gestos –los que yo conocía de siempre pero en esos instantes no podía ver porque parecían habérmelos robado- los sentía en mi carne evidenciando muestras de incredulidad, apretada la frente en dos surcos profundos que siempre se me