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Mostrando entradas de marzo, 2014

Por cobarde (carta de un asesino)

por Javier Debarnot Juan Correa: Te escribo esta carta porque voy a matarte. En el momento en que la estés leyendo, quiero que sepas que tendrás los minutos contados. Estoy harto de tu falta de decisión, de tus dudas, de esa cobardía exasperante que te acompaña adonde vayas y que siempre acaba tomando el control. No me queda más remedio que matarte para que ella, tu insoportable cobardía, también quede bien muerta y enterrada. Juan, nunca podrías negarlo, no eres capaz de ningún acto de valentía. Digo de hacerlo, porque en los papeles no existe nadie más atrevido y seguro que tú. Vives de la milimétrica y bien explayada teoría, de la planificación constante para alcanzar un logro que supones será seguro y merecido, pero a la hora de llevarlo a la práctica te cagas, siempre te cagas y lo sabes. Y también sabes que yo lo sé, que te conozco y a pesar de que en ocasiones te admiro y creo en ti, al final acabas saboteando cualquier cosa por cobarde. Te voy a matar

Fantaseo con mi muerte

por Javier Debarnot      Mientras camino por una calle cualquiera, voy pensando qué pasaría si me muriera hoy mismo. Me dirijo hacia un sitio intrascendente al que me da lo mismo llegar lento, llegar rápido o no llegar, y por eso, por mero y simple aburrimiento, mi cabeza me lleva a ese lugar que nunca recorrí, del que jamás formé parte, porque en caso de haberlo hecho ahora no estaría divagando así. Por eso fantaseo con mi muerte, y porque está claro que no soy una persona a la que la gente le dice que contagia ganas de vivir.      Si me muriera ahora mismo, ¿quién sería el primero de mis conocidos en enterarse? Si caigo redondo ya, desplomándome en esta esquina por donde pasan dos almas cada tres minutos, un extraño verá mi cadáver y esperará a que aparezca un segundo transeúnte, para recién ahí tomar la decisión de llamar a alguien. Quizás abran mi billetera o busquen mi celular, intentando dilucidar cuál es el número más frecuente al que llamo y el que más me llama, y da